martes, 5 de enero de 2010

oda a la melancolia de john keats

No vayas al Leteo ni exprimas el moradoacónito buscando su vino embriagador;no dejes que tu pálida frente sea besadapor la noche, violácea uva de Proserpina.No hagas tu rosario con los frutos del tejo ni dejes que polilla o escarabajo seantu alma plañidera, ni que el búho nocturnocontemple los misterios de tu honda tristeza.Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.
2Pero cuando el acceso de atroz melancolíase cierna repentino, cual nube desde el cieloque cuida de las flores combadas por el soly que la verde colina desdibuja en su lluvia,enjuga tu tristeza en una rosa tempranao en el salino arco iris de la ola marinao en la hermosura esférica de las peonías;o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,toma firme su mano, deja que en tanto trueney contempla, constante, sus ojos sin igual. 3Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.También con la alegría, cuya mano en sus labiossiempre esboza un adiós; y con el placer dolienteque en tanto la abeja liba se torna veneno.Pues en el mismo templo del Placer, con su velotiene su soberano numen Melancolía,aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosaboca muerde la uva fatal de la alegría.Esa alma probará su tristísimo podery entre sus neblinosos trofeos será expuesta.
Versión de Gabriel Insuasti