Escritor ruso que me ha traído impresiones contrariadas pero ideas mas claras que los filósofos contemporáneos. Quizás por mi temprana edad y la falta de lectura de los mismos. Muchas de sus citas me dejaron con un pensamiento flotando en la conciencia. Saco conclusiones que hacen estremecer a cualquier joven inasible de buenos consejos de escritores como estos.
Para demostrar esta inquietante verdad que me deja atónita y no para de sorprenderme les dejo deleitándose con lo que mejor de mi lectura sobre este libro que tanto me ayudo a responder algunas cuestiones.
“El hombre del subsuelo”: “Es a partir de este libro que Dostoievsky despliega toda su conflictiva con el mundo en que vive. Pero no es el monologo de un loco, de un escarabajo oculto en una pieza alquilada en los suburbios de Petesburgo. ESE ESCARABAJO ES LA CONCIENCIA DEL HOMBRE DE SU TIEMPO. El dilema esencial del escritor estriba en que han apedreado su mundo de místico orden, su paraíso posible, y le ofrecen a cambio un orden artificial en el que el deja de ser lo que es y pasa ser un engranaje de la sociedad que no comparte.”
““Estoy seguro de que el hombre nunca renunciaría al auténtico sufrimiento que nace de la ruina y el caos. Porque el sufrimiento es la sola y única fuente del conocimiento”, recita el filósofo del subsuelo”
“El idiota”:”Su problema es que sabe amar, pero no sabe actuar. Cuando actúa, se equivoca. Es un ‘idiota’, pero ¿qué clase de idiota?”
“Para Dostoievski, hay dos clases de inteligencia: la inteligencia principal, a la que no alcanzan las leyes de la causalidad y la contradicción, que va por fuera de los preceptos morales; y la inteligencia secundaria, la de las afirmaciones, la de las normas. La primera es subterránea; la segunda es superficial. El príncipe idiota es exponente de la inteligencia principal. Visto de la inteligencia secundaria, es un ‘retardado’ porque tiene certeza de la bondad del mundo. Porque cree. Porque confía.”
“Los hermanos Karamazov”: “El gran inquisidor no cree en Dios, porque, afirma, no escucha a los hombres. No cree en el hombre porque, dice, la doctrina cristiana supera las fuerzas espirituales de la humanidad. Le recrimina a Cristo que, al predicar la libertad, le ha dado al hombre la posibilidad de elegir entre el bien y el mal. Por lo tanto, lo ha condenado a los tormentos de la conciencia. Jesús ha sobreestimado el coraje de la criatura humana, señala el Inquisidor. Por eso lo condena. ‘los profetas están muy bien muertos, vivos no queda sino quemarlos, crucificarlos…’. Cristo, que ah escuchado pacientemente la invectiva del anciano inquisidor, se inclina hacia el y lo besa en los labios. ‘Tu razonamiento es fuerte- le dice finalmente-, pero mi amor es mas fuerte…’”
Para concluir con estas citas me gustaría reescribir una parte de lo que fue “Diario de un escritor”: “Me llaman psicólogo. Eso no es exacto. Solo soy un realista en el sentido superior, es decir, muestro las honduras del alma humana.”
Se puede decir entonces que a pesar de ser un personaje fiel a la religión católica, en contra de las revoluciones progresistas. Fue un ser que supo encontrar verdaderas respuestas subjetivas al existencialismo humano de la sociedad contemporánea.
La preponderancia q tienen estas citas en la composición de mis nuevos textos es tal que seria imposible explicar lo que significa para mi tener este autor en mis manos.
Lo que encuentro al final de su camino es algo que yo misma deduje, quizás un tanto erróneo pero que a fin de cuentas es algo válido a tener en cuenta.
En su muerte encontró la liberación y la paz que tanto anhelaba y con ella su inmortalidad.
La clave de mi conclusión fue un posible epitafio que hubiera sido apropiado para el.
“No puedes probar lo inefable, ¡oh hijo mío, ni puedes probar el mundo en que te mueves; no puedes probar que eres cuerpo solo, ni puedes probar que eres solo espíritu, ni que eres ambos en uno; no puedes probar que eres inmortal, ni tampoco que eres mortal…, por lo cual se prudente, agárrate siempre a la parte mas soleada de la duda y trepa a la Fe allende las formas de la Fe!” (El sabio antiguo)
Alfred Tennyson (poeta ingles)
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